Yosemite
Yosemite es lo más parecido al paraíso que he visto en esta vida.
El lugar más bello que he pisado.
Un escenario tan perfecto que por momentos parecía irreal.
Pero fue también el hike más duro que había hecho hasta entonces.
Salimos con la idea de llegar a Cloud’s Rest.
Pero caminábamos y caminábamos…
y el reloj ya no estaba de nuestro lado.
Sabíamos que no iba a alcanzarnos el tiempo.
Justo ahí, apareció un desvío hacia Half Dome.
Cerrado.
Sin permiso.
Y con advertencias de que estaba resbaloso.
Nos lo pensaron.
Nos lo advirtieron.
Y aun así, lo intentamos.
Después de más de 8 horas caminando, lo logramos.
El cuerpo destruido.
El alma, flotando.
La bajada fue otra historia.
La noche nos alcanzó
y el cansancio también.
Volvimos casi arrastrándonos al estacionamiento, sin luz, sin energía,
pero con esa sensación que solo se gana cuando sabes que diste todo.
Porque a veces eso es explorar:
tomar decisiones imperfectas,
arriesgarte con miedo
y regresar, aunque sea de noche, sintiéndote más vivo que nunca.














RECENT PHOTOS