Zion
Angels Landing: uno de esos hikes que no se te olvidan
Era una caminata de ida y vuelta.
Un día claro en Zion, con buena luz, cero expectativa de nieve.
Pero al llegar al tramo más delicado, el terreno estaba congelado.
Y nosotros sin crampones, ni spikes.
Yo venía de subir el Pico de Orizaba semanas antes,
y aunque esto no se compara en altitud o esfuerzo físico,
Angels Landing me recordó que no importa cuántas montañas o hikes hayas hecho…
cada una te pide algo distinto.
Cada paso era una decisión.
La cadena, tu única aliada.
Y el vacío… ahí al lado.
Me dio miedo.
Y me gustó que me diera miedo.
Porque me obligó a estar presente.
Esa es la magia de ciertos lugares:
no te gritan nada,
pero te obligan a escucharte.
Al final, llegamos arriba.
Y sí, la vista es una locura.
Pero la mejor parte fue esa pequeña conversación interna,
la que te dice: “Ve con cuidado, pero no te frenes.”
Porque explorar también es eso:
mirar el miedo de cerca y decidir avanzar igual,
un paso firme a la vez.













RECENT PHOTOS